lunes, 7 de enero de 2013

Mi hija tiene piojos


Cuando mi hija mayor estuvo en el kínder, llegó de la escuela un día con visitantes inesperados: unos piojos en su largo cabello negro.
Yo estaba horrorizada. Fui a la farmacia a buscar un remedio, esperando hasta que no hubiera nadie, y le dije en voz muy bajita al empleado, “Ayúdeme, por favor. Mi hija tiene piojos.” Se murió de la risa. “Ay, señora. Eso es bastante común entre los niños. No pasa nada.”
Efectivamente, no pasó nada, y con las medidas recomendadas, sobrevivimos la visita de los piojos. Sin embargo, no fue nada placentero, y hubiera querido pedir consejos sobre esta plaga, pero no tuve la confianza de preguntar.
Con estos tips, espero que no te pase lo mismo:
  • La verdad sobre los piojos
    • Son pequeños, de 2 a 4 milímetros de largo. Sus huevecillos o liendres son todavía más pequeños, midiendo menos de un milímetro.
    • Son parásitos que se alimentan de la sangre del cuero cabelludo.
    • Se propagan más entre los niños que los adultos, por el contacto cercano (de cabeza a cabeza) entre los chicos cuando conviven en las escuelas, los campamentos, etc.
    • Se multiplican rápidamente. Durante su vida de 4 semanas, cada hembra pone de 50 a 150 huevos.
    • Su hábitat es la cabeza humana. No son transmitidos por otros animales ni mascotas, y no pueden vivir por más de unas pocas horas fuera de la cabeza de una persona.
    • Los piojos no saltan. Caminan muy rápido, para buscar cobijo y alimento debajo del pelo en el cuero cabelludo. Tampoco vuelan.
    • No causan enfermedades. Los piquetes sí dan comezón, pero tener piojos no es peligroso para tu hija.
    • La infestación de piojos es un fenómeno infantil súper común, afectando a hasta 12 millones de niños en los Estados Unidos cada año.
    • A los piojos les gustan todas las cabezas. No les importa la raza, el nivel socioeconómico, ni los hábitos de higiene de sus jóvenes anfitriones. Tener piojos no quiere decir que tu casa esté sucia.
  • Cómo detectarlos
    Por lo general, la presencia de piojos causa mucha comezón en la cabeza, especialmente alrededor del cuello y atrás de las orejas. Si tu hija se la pasa rascándose, chécale la cabeza.
    De todos modos es importante estar al pendiente especialmente durante tiempos de calor. Checa la cabeza de tu hija de vez en cuando, sobre todo después de sesiones de convivencia intensa entre niños, como son las pijamadas y los campamentos. La detección oportuna es la clave para erradicar a este huésped.
    Para checar a tu hija, siéntala debajo de una luz fuerte, y péinala lentamente, haciendo la partida cada 5 milímetros y checando las raíces por liendres, que son objetos grisáceos o blancos más chicos que un grano de arroz, pegados muy cerca del cuero cabelludo.
    No te confundas: no es igual que la caspa porque está bien pegada la liendre y la caspa de desprende fácilmente.
    Si tienes suerte y logras ver un piojo vivito y coleando, tendrás que declarar la guerra, porque seguramente va dejando liendres a su paso.
    De todas maneras, la presencia de liendres indica un tratamiento para evitar que nazcan los piojos nuevos.